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Me encuentro cursando mi 4to año de doctorado en Psicología Clínica. Actualmente vivo en la ciudad de Juana Díaz, Puerto Rico, aunque soy Ponceña de corazón...

15 diciembre 2005

Napoleón Hill


Napoleón Hill fue un hombre extraordinario. Su forma de ver la vida revelaba una fuerza de espíritu que cautivaba a casi cualquier persona que le conocía. La vida para él debía ser vivida en grande, reflejando una alta confianza en las habilidades y potencialidades que cada ser humano posee. Este hombre, buscando la llave que lleva al éxito, entrevistó a varias personas millonarias. A través de los datos obtenidos llegó a la conclusión que para tener éxito, así como para sobresalir en la vida era necesario poseer pensamientos positivos. De hecho, su cita más famosa era: " lo que la mente de hombre puede concebir y puede creer, puede lograr." Hill se destacó por sus ideas acerca del logro personal. Cabe destacar que esta filosofía de vida la fue desarrollando a lo largo de toda su vida. Él daba gracias a Dios por no haber heredado una fortuna de un difunto tío y en una ocasión dijo: “de haber heredado una fortuna no hubiera tenido que luchar para superar el medio de pobreza, ignorancia y superstición en el que me encontraba”.


Con esta mentalidad, Napoleón Hill motivaba a las personas a cambiar su manera de ver las cosas y a luchar para distinguirse en la vida. Él decía que si las personas creían firmemente en que sus metas iban a completarse, esa persona lo lograría. Sin embargo, si los pensamientos eran de fracasos la persona jamás podría salir adelante. Por lo tanto, es importante que cada uno de nosotros comience a creer en sí mismo y a vencer esos temores y complejos que muchas veces nos paralizan. Es tiempo de que dejemos atrás ese modo de pensar pesimista, derrotista y de fracaso. El hecho de que no se haya nacido en una familia adinerada no significa que no podamos superarnos. Cada persona tiene el potencial de progresar, expandirse y de ascender si cree que puede lograrlo. El éxito solo puede ser logrado si nos lo proponemos y creemos que podemos alcanzarlo. Esto no es cuestión de haber nacido en una cuna de oro o de tener “palas” que te ayuden a conseguir lo que quieres. Lo único que se necesita es tesón y la invariable confianza de que nada en la vida es fácil de conseguir pero que tampoco imposible. Tú puedes salir adelante, tú puedes triunfar y avanzar hacia el camino que conduce al éxito; solo cree en ti mismo, en que lo puedes hacer y deposita toda tu vida y confianza en Dios y verás como nada podrá detenerte.


A continuación algunas de las enseñanzas de Napoleón Hill:

Si piensas que estas vencido, lo estas;
si piensas que no te atreverás, no lo harás;
si piensas que te gustaría ganar, pero no puedes,
es casi seguro que no lo lograras.


Si piensas que vas a perder, ya has perdido;
porque en el mundo encontraras
que el éxito comienza con la voluntad;
todo esta en el estado mental.


Muchas carreras se han perdido
antes de haberse corrido,
y muchos cobardes han fracasado
antes de haber su trabajo empezado.


Piensa en grande y tus hechos crecerán,
piensa en pequeño y quedaras atrás,
piensa que puedes y podrás;
todo esta en el estado mental.


Si piensas que estas aventajado, lo estas;
tienes que pensar bien para elevarte,
tienes que estar seguro de ti mismo,
antes de ganar un premio.


La batalla de la vida no siempre la gana
el hombre mas fuerte o el más ligero,
porque tarde o temprano, el hombre que gana,
es aquel que cree poder hacerlo.

Napoleón Hill

01 diciembre 2005

Educación + Valores = Carácter

La educación de un individuo es muy importante puesto que vivimos en una sociedad que está en continuo cambio. De hecho, la misma le provee a las personas un conocimiento que les ayuda a entender el mundo en el que vive. También, les orienta y les enseña a cómo actuar en la sociedad. Es decir, la educación los prepara para la vida y les da las herramientas necesarias para que éstos puedan evaluarla y logren transformarla en una mejor. Además, les enseña a comprender qué es la vida, sus ideas y sus valores.
Por otro lado, la educación transmite los conocimientos y los valores acumulados en el proceso histórico de un pueblo, así como le provee al individuo que vea más allá de su herencia. Por lo tanto, le ayuda al ser humano a crear su propia exégesis cultural que no es nada menos que su personalidad. Cabe destacar, que la educación es humanizante y motivadora, puesto que, la misma lleva al individuo por un proceso de descubrimiento, así como le ayuda a modificar las creencias y los valores que definen los vínculos humanos y las instituciones sociales. Al hacer esto, la persona se humaniza y se convierte en un ente social, ya que aprende a vivir en sociedad y a respetar las creencias de los demás.
En la medida en que un individuo se educa se van desarrollando en él valores morales. Dichos valores, van perfeccionando sus reacciones y los hábitos de comportamiento, que ha adquirido durante su vida. Por lo cual, el carácter de un individuo irá deacuerdo con sus creencias, sus virtudes y de lo que ha aprendido.

Ofendemos a Quien Queremos

Actualmente nos encontramos en tiempos de mucho estrés. La vida diaria se ha vuelto un remolino de responsabilidades y de afanes que nos agobian. Por lo cual, solo disponemos de un fugaz período de ocio. Lo primero que hacemos al levantarnos por la mañana es exclamar ¡qué mucho tengo que hacer hoy! Tengo que ir a trabajar, soportar a mi jefe, cuentas que pagar, que si el retraso de la renta de la casa, hay que llevar los niños a la escuela, buscarlos a las 3:00 de la tarde y como si todo esto fuera poco, tengo que atender a mi pareja, entre muchas actividades más.
Tanta carga emocional nos vuelve irritables y cuando menos lo esperamos, ante la más mínima provocación estallamos encolerizados y despotricando con todo el que está a nuestro alrededor. Lamentablemente, casi siempre a la persona que ofendemos es a esa que está a nuestro lado incondicionalmente. Esta persona puede ser nuestra pareja o nuestros hijos que no son culpables de nuestra atosigada manera de vivir. Por supuesto, que procedemos de este modo sin darnos cuenta. Pero, nos hemos detenido a pensar, ¿cómo se sentirá esa persona con la cual nos desquitamos?
Cabe destacar que, cuando nos encontramos atiborrados de trabajo y no sacamos un tiempo para reflexionar, es fácil herir a quien más queremos. A esa persona que es la que siempre está a nuestro lado, a la que adoramos por formar parte de nuestra vida. De hecho, en ocasiones nos envolvemos tanto en nuestro mundo que no advertimos que ese ser querido también necesita ser escuchado y que tal vez se encuentra tan abrumado como nosotros. De manera que, sin darnos cuenta la relegamos y no tenemos en cuenta sus sentimientos, lo que ocasiona que ésta persona se ofenda o que no se sienta apreciada por nosotros.
En tal caso, ¿Por qué actuamos así? Porque creemos que esta persona querida tiene que soportar nuestro carácter. Igualmente, juzgamos que ésta debe apoyarnos en todo y perdonarnos por esos momentos de descarga emocional. Lo triste del caso es, que a medida que procedemos de esta manera hacemos sentir mal a quien queremos y sin darnos cuenta vamos creando resentimiento en su corazón. Por lo tanto, debemos reflexionar acerca del modo en que actuamos para evitar ofender a quien queremos con nuestras palabras y con nuestras actitudes. En la medida en que meditemos antes de hablar y tengamos conciencia de que debemos manejar nuestro coraje entonces ofenderemos menos a las personas que más queremos en este mundo. Además, de que propiciaremos un ambiente de paz y de amor a nuestro alrededor.

17 noviembre 2005

La Pasión de Servir a los Demás

La Pasión de Servir a los Demás
Una de las virtudes más hermosas que puede poseer un ser humano es la del servicio. Pero, ¿qué es servir? El servir a los demás, según el diccionario de la Real Academia, es obsequiar a alguien o hacer algo en su favor, beneficio o utilidad. Por lo tanto, cada vez que cada uno de nosotros obra en apoyo de otra persona estamos sirviéndola. Muchas veces creemos que el servir es algo etéreo, que solo lo efectúan las personas santas o religiosas. Sin embargo, el servir a los demás no es una acción solo de los devotos, sino de personas que se aman y por lo tanto, pueden amar a los demás.
Aunque día a día nos encontramos con personas que libremente nos sirven hay una cualidad que aún nos falta por desarrollar y esto es la pasión de servir. La pasión de servir es mucho más que el mero servicio. Esto es sentir un apetito o deseo vehemente por ayudar al prójimo. Es que cuando veamos a una persona en necesidad nos detengamos a escucharla, sin prisa y sin
interrupciones. No es ver a un deambulante en la calle y virarle la cara, sino más bien ver de qué manera podemos ayudarlo a salir de esa vida de ruina que lleva.

Hace unas semanas me encontraba en mi auto dirigiéndome hacia mi casa. Me detuve a esperar que la luz del semáforo cambiara y me percaté de un hombre cabizbajo que pedía limosna en la calle. El sujeto tenía un brazo hinchado, lleno de pus y de sangre. La verdad es que era repulsivo mirarlo. Los conductores al verlo subían los cristales de sus vehículos o le rechazaban. Al ver la actitud de las personas me dio mucho dolor en el corazón. ¿Quiénes eran ellas para despreciar a un ser humano enfermo y abatido por la condición de su vida? Pensando en esto, observé como este hombre tropezaba y caía al suelo de cara. Rápidamente uno de los conductores que se encontraba varios autos frente a mí descendió de su vehículo lo ayudó a levantarse. Lo sorprendente de todo es que después le tomó el brazo herido en sus manos, lo verificó y le dijo que no se moviera. En medio del tapón de la tarde el sujeto caminó hacia su auto, sacó un pequeño maletín y en la misma calle le atendió su brazo lastimado. No pude observar que sucedió después, puesto que tuve que seguir mi camino. Más no pude olvidar en días aquel gesto compasivo y de amor de aquel caballero, que sin importar la condición de vida de ese ser humano se detuvo, sacó de su tiempo y sirvió a su prójimo.

El acto de ese hombre para con su semejante enfermo fue una gran lección para mí sobre lo que es la pasión, el deseo, el amor de socorrer y de ayudar a otra persona. De hecho, en ese momento recordé las palabras dichas por nuestro Señor Jesucristo a sus discípulos, que el que haga el bien a sus semejantes a Él se lo hará. Por lo tanto, vamos a detenernos en el camino y a mirar a nuestro alrededor, busquemos a esas personas que necesitan de nosotros y tratemos de
ayudarlas. Tengamos en cuenta que todos somos humanos y que existen seres humanos que anhelan ser escuchados, atendidos y amados. Vamos a servir a los demás con pasión, empeño y sinceramente cómo lo hizo aquel señor por aquel deambulante y como lo hizo nuestro Señor Jesucristo, que sin merecerlo nosotros, murió por ti y por mí. ¡Qué pasión más maravillosa!

Sigamos su ejemplo.

15 noviembre 2005

Quien fue Arístides Chavier Arévalo
Arístides Chavier Arévalo

Lo primero que se me presentó en la mente al escuchar el nombre de Arístides Chavier Arévalo fue el residencial público ubicado en la ciudad señorial de Ponce. Pero, ¿quién fue este hombre? ¿Porqué un local de vivienda pública, así como diferentes calles en pueblos de Puerto Rico tienen su nombre? Esta pregunta nos las podemos hacer cientos de puertorriqueños. La verdad es que la población general conoce muy poco acerca de este hombre. Incluso, en la escuela cuando se enseña a los hombres ilustres de Puerto Rico no se abarca el tema con profundidad.
Cabe señalar, que si nos diéramos a la tarea de buscar información biográfica sobre Arístides Chavier, el proceso nos llevaría tiempo puesto que, lo publicado sobre él es sumamente escaso. Sin embargo, nunca es tarde para remediar ese error y conocer y valorar la aportación de este gran ponceño. Arístides Chavier fue un hombre que trascendió fronteras y puso el nombre de Puerto Rico en alto. Él nació en la ciudad de Ponce en el año 1867. De pequeño siempre le llamó la atención la música por lo que cursó estudios musicales en la ciudad de Nueva York y en París.
Chavier se destacó como pianista, maestro de música y crítico musical. También, fue un compositor prolífico que escribió Danzas, así como música de compartimiento. La crítica de Nueva York recibió sus conciertos con ovación por la alta calidad de sus composiciones. Sin embargo, por un deterioro de su salud Chavier tuvo que regresar a Ponce en el 1893. Pero este quebranto no detuvo su deseo de componer, sino que continuó cosechando frutos a lo largo de su vida. En el año de 1904 ganó un diploma y una medalla de oro en la exposición de St. Louis por su colección de siete composiciones. De hecho, Chavier despuntó como crítico musical y colaboró con Le Courrier Musical, de París, El Día, de Ponce y El Mundo, de San Juan. Él murió el 23 de julio de 1942.
Finalmente, este hombre ilustre de Puerto Rico dejó como patrimonio cultural más de ochenta obras para piano y para conjunto de cámara. Él escribió numerosos artículos acerca de la música y compuso para diferentes artistas locales. Cabe señalar que, Arístides Chavier es reconocido en otros países como un pilar en la música y en la composición. Por lo tanto, es importante que nosotros como puertorriqueños reconozcamos la labor y los logros de éste gran hombre puertorriqueño y que cuando nos pregunten quién fue él sepamos responder con orgullo su aportación patria.


Referencias: http://www.icp.gobierno.pr/calendario/memorias/sept04_memoria.htm